jueves, 28 de octubre de 2010

A ESO FUIMOS... Y ESTÁBAMOS TODOS

Emotivo video de Presidencia para Néstor
Desde las diez de la mañana tengo un río de palabras en la cabeza, torrentoso, que me recorre de lado a lado y no quiere salir, sólo me sale un suspiro, acompañado de un “la puta madre” apagado, incrédulo, que se repite a lo largo del todo el día. Pero en mi cabeza están las palabras.

Las que más me acuerdo son “militancia”, “juventud”, “política” y “crispación”, porque juegan en  círculo, se tocan, se acompañan, se hacen tan presentes y tan necesarias, hasta que se me antojan casi únicas e imprescindibles.

Escucho la radio en la pieza, la televisión en el comedor, leo el Twitter en el teléfono, escucho voces conocidas, algunas muy queridas, y están también esas totalmente anónimas, que son como las mías (esas que no puedo decir, que no me salen) y son las que me arrancan las lágrimas atrapadas en la garganta.

Una a una se hacen oír todas las banderas que levantó Néstor Kirchner, todas las causas que llevó adelante, como fuera, como le saliera, y está la Corte, están los jubilados y las AFJP, está la Ley de Medios, está la distribución de la riqueza, el juicio y castigo a los represores, y se me hacen muchas cosas para un solo tipo.

También entran a jugar las anécdotas, su carácter, la cara y el gesto de grandeza que tuvo, según mi vieja que estaba ahí, cuando en la Casa Rosada se juntó con los padres de Cromagnon a tres días de la tragedia, está su humor, su poco protocolo, sus trajes, su birome, sus frases y sus discursos.

Todas estas cosas van armando al compañero que se fue, lo van pintando mientras el día se me pasa caminando, entre “la puta madre” y las palabras que me dan vueltas por la cabeza, sin lograr escribir tres líneas seguidas en una frase coherente.

Militancia, juventud, política y crispación, son un enigma en mi cabeza que se resuelve instantáneamente cuando estoy a 10 cuadras de la Plaza de Mayo. Hombres grandes, chicos, mujeres, carritos de bebé, todos caminando en silencio, sin mirar demasiado, van, compartiendo su dolor a despedir al amigo, al compañero, al líder, a ese flaco alto del sur que los llevó a creer otra vez en la posibilidad de un país para todos, que los llevó a discutir de política, a involucrarse, a militar.

Y los grandes logros escuchados a la mañana van quedando en un segundo plano, porque la realidad es tan grande, tan palpable, tan verdad, que ni los gorilas más encumbrados la pueden negar…

Néstor nos dejó algo que debemos cuidar y multiplicar, una herramienta única e imprescindible para construir un país que tenga en nos tenga en cuenta a todos. El compañero que se fue, nos dejó una juventud que cree y trabaja en y con la política, nos dejó una militancia que conoce su importancia, nos devolvió a una senda que mis viejos pensaban tristemente que no volvería: Néstor nos dejó la política como herramienta de cambio para un país, con el compromiso de todos, donde cada uno aporta lo que pueda, pero con una entrega total.

Cuando algunos hablaban de crispación, nosotros sabíamos que era debate; cuando los mismos de siempre hablaban de crispación, nosotros sabíamos que era crecimiento; cuando los dueños de la noticia hablaban de crispación, nosotros sabíamos que era política; cuando los que alejaron a la juventud de la política hablaban de crispación, nosotros sabíamos que el conflicto es inherente al gobierno, al Estado, al entendimiento y a la política.

Nosotros lo sabíamos y así lo hacíamos saber, a quien nos quisiera escuchar, con amigos, con desconocidos, desde algún micrófono o en el laburo. Lo que no sabíamos es que se nos iba a ir tan pronto el tipo que con su personalidad nos devolvió la política como herramienta y los sueños como parte de la realidad.

No lo sabíamos y eso es lo que le fuimos a agradecerle hoy, al compañero que no está, que se fue, pero que siempre estará en nosotros cada vez que hablemos de política, cada vez que hagamos política, cada vez que salgamos a la calle para apoyar a la compañera Presidenta… a eso fuimos… y estábamos todos.