viernes, 24 de junio de 2011

GRACIAS DANI



Yo era bastante pendejo y cabrón (lo primero me lo quitaron los años y lo último no hay dios que lo pueda hacer), tenía la impresión de que me podía llevar el mundo por delante, y realmente le habíamos puesto muchas pilas a ese trabajo final.
Necesitaba un 8 para promocionar, tenía varios PCC (que no es el Partido Comunista Cubano, ni chino, sino, “Publicable Con Correcciones”) que me jugaban en contra y estaba confiado que el laburo valía la nota para promoción.
Sábado a la mañana para la facu, llegué y estaba el 8, alegría total, hasta que el petiso pelado con la cara roja no me nombró entre los que promocionaron, y ahí se fue todo al carajo.
Fueron no menos de 30 minutos de discusión, con palabras fuertes, al borde de la puteada todo el tiempo, yo me calentaba y el tipo parecía divertirse con toda la escena, y yo pensaba “a quién carajo le ganó este pelotudo” y en ese momento, me clavaba una ironía y yo retrocedía 4 casilleros porque me calentaba más y entendía tarde que era una ironía.
Él se reía y yo me calentaba. En un momento se cansó y tiró: “Nicolás, dejate de joder, vení el sábado que viene al final y seguimos hablando” y no me quedó otra, mis compañeros de grupo me agarraron y me fui.
El día del final era una furia descomunal, me sabía la historia de todos los diarios de la Argentina, podía escribir un diario completo en 2 horas, pero más que aprobarlo, quería la revancha con Tomate.
La perdí apenas empezó. Llegué y me abarajó: “¿Todavía estás enojado por lo del sábado pasado? Dejate de joder Nico, sentate así empezamos a hablar un rato”. Media hora, empecé como para demostrarle que se había equivocado mandándome a final, y terminé agradeciéndole esa media hora.
En ese final descubrí  varias cosas: No siempre tengo razón cuando creo que el otro es un pelotudo; descubrí a quién carajo le había ganado ese “pelotudo”, a varios; pude cerrar muy bien  una materia; y encontré a un tipo muy divertido para discutir, siempre que uno no se caliente…
Daniel “Tomate” Casal, era ese tipo que me mandó a final (cuando no lo merecía, eso quedó claro en todo momento, sólo que no era lo importante) y logró explicarme que no sólo no era una tragedia ir a final, sino que hasta podía servirme.
Un tipo muy buena gente, querido en todos lados, calentón y picante para la discusión, que entendía el juego, amaba la profesión y enseñarla.
Muchos años me acordaba siempre de la primera discusión, y no lo veía a Dani, hasta que hablamos por teléfono por laburo hace unos años y se cagaba de la risa, cuando nos acordábamos de ese final.
Hace un par de años que hablábamos seguido y nos veíamos dos veces (brindis de fin de año y del día del periodista) siempre con muy buena onda.
Hace 15 días nos vimos por última vez, fue otra media hora, como aquella en el final, pero mucho más divertida, comiendo y riéndonos, hablamos de periodismo, de política, de la facu, de medios, del laburo en los medios, volvimos a recordar esa pelea, y me subió la estima reconociendo mi laburo, como colegas.

Hoy me desperté con un mail que me contaba la putísima noticia de que Dani murió ayer a la noche, no lo podía creer, no lo puedo creer, como dijo una periodista amiga “son esos momentos donde se te estruja el pecho y no podés hacer nada”. Así realmente me siento, no puedo decir que se murió un amigo porque nunca tuvimos el tiempo para serlo, pero sí un muy buen tipo del que aprendí cosas de este hermoso oficio, muy buena gente que siempre tenía una palabra para desbaratar alguna bronca que uno pudiera tener o para generarla y reírnos un rato si quería.
Muchas gracias Dani