martes, 20 de septiembre de 2011

RETRATO DE UNA MUJER COMÚN


Hoy es un día especial, es el recuerdo del comienzo de una peregrinación de cuatro días al dolor de lo irreversible, de lo eterno. Pensaba en escribir algo, pero me pareció mejor reponer lo ya escrito, para contarles que vivió una mujer increíble, digna de recordar




La película podría comenzar con un velatorio. Más de 200 personas despidiéndose de esa mujer común, esposa, madre, docente, investigadora, que por esas cosas inentendibles no llegó siquiera al medio siglo de vida.

Luego de los aplausos y las lágrimas, la cámara va al pasado, al día que le entregaron el título de Licenciada en Trabajo Social. Era una más entre todos los jóvenes que se recibían, pero a la vez era única: a diferencia del resto de la sala, ella no había hecho el secundario.
La cámara se posa en un retrato en la repisa: Ella con dos hombres pequeños, sus hijos. La foto muestra el presente de ese momento, pero no puede dar indicios del pasado: Esa mujer superó cuatro abortos espontáneos y arriesgó la vida (literalmente, si hasta firmó un documento al respecto) para darle un hermano al hijo mayor.
A medida que la cámara se va metiendo más en el pasado, la historia se hace más oscura y se pierden algunos recuerdos, basta para resumirla que fue dura, de realidad cruda, de golpes claros y consistentes, de infancia jugando, adolescencia escapando a los juegos y con un hijo a los 21, buscado, intensamente buscado y querido ("En el tiempo de la harina y un kilo de pan) .
Acá es cuando la historia de ella se entrelaza con la de su gran amor, el de toda una vida juntos, el que la apoyó en todas las decisiones, el que recibió su apoyo en todas sus decisiones. Ese hombre con el que lograron quebrar algunas barreras fuertes del destino, con el que coincidían en la importancia de tener un hogar antes que una casa, ese hombre que en el último de los momentos, la vio irse, al borde de la cama, deseando dentro suyo que el viaje fuera compartido.
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Siempre admiré a las mujeres de la Historia. Tan fuertes, decididas, heroicas, bien sea librando batallas con las armas o con el pensamiento, bregando por sus derechos y por los derechos de todos, construyendo realidades en un mundo que se las ingeniaba siempre para hacérsela más difícil, aún así, ellas seguían su camino de conquista.
En este trayecto, Silvio Rodríguez siempre me trajo letras, primero con Mujeres y luego, mucho más fuerte, más cerca de mi realidad inmediata con “Tu sonrisa ha cambiado” y yo siempre la vi a Ella como Noemí, como mujer, como una semilla con un potencial descomunal a la que los cachetazos de la vida la habían sentenciado a no ser, pero aún así logró ser.




Pero ahí, otra vez él, su marido, su amor, que en un momento donde la plata alcanzaba hasta el 21 de cada mes (que tercos se empeñaban en tener 30 días) la convenció de estudiar, de sacarse de encima esa vergüenza que la atosigaba por no haber podido hacer el secundario y él le decía, que más allá del título y todo eso, el hecho de estudiar le iba a dar a Ella una gran felicidad, una seguridad sobre sí misma y sobre lo que los demás ven en ella, y una vez más, este hombre fabuloso no se equivocó.
Con 40 años y sin el secundario, la mujer se anotó en la Universidad de Lanús para hacer la Licenciatura en Trabajo Social. Con más miedos que certezas, sorteó una entrevista eliminatoria, la presentación de antecedentes laborales relacionados con la carrera y un examen con temas que no había visto en su vida.
Esta mujer tierna de hierro  lo superó, y comenzó a caminar una senda que le iba a dar las más grandes alegrías de su vida (junto al nacimiento y la realización personal de sus hijos  y la ceremonia de ese gran amor con su hombre)
Mes a mes se iba metiendo en el mundo de las ideas y se iba transformando en su destino, ejemplo de tenacidad, de disciplina y sacrificio, luego de fines de semana  de 12 horas seguidas (literalmente) de estudio,  trabajando 8 horas al día, y teniendo tiempo para los suyos, con el apoyo de su familia, Noemí se recibió.
Cuando le preguntaban cómo había hecho, ella respondía: “Sentando el culo en la silla hasta entender las cosas que leía y teniendo esta familia hermosa que tengo, donde todos tienen el mismo objetivo: que yo me reciba”.
De todas las historias que tiene esta maravillosa mujer llamada Noemí Abella, me detengo en la de sus estudios, porque definitivamente existe una mujer antes y después de la universidad.
Siempre fue una leona, capaz de pelear con garras cuando fuera necesario y de soportar los embates cuando no quedaba otra opción.  Pero había discusiones que no daba, porque (luego dicho por ella) se sentía menos que todos los interlocutores.
Luego de la universidad, no sólo daba todas las discusiones y debates que se le planteaban, sino que se dedicó a la docencia y la investigación, fue reconocida en todos los ámbitos donde estuvo, recordada por sus laburos, su fuerza y su ejemplo a la hora de trabajar a la par.
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Es así, como esta mujer normal alcanza la épica de las Mujeres del Bicentenario, como ejemplo de mujer, esposa y madre, que además de construir un hogar (junto a un gran hombre), de luchar como fiera en la cotidianeidad del su casa, en un país que entraba en una de sus tantas grandes crisis económicas, se dedicaba a trabajar para intentar cambiar la realidad de los demás, a investigar para ampliar los derechos de los demás, a pelearse con quien tuviera que hacerlo para lograr que los más jodidos de la sociedad tengan sus oportunidades de no estar tan jodidos, por mérito propio.
No estoy diciendo que mi vieja haya sido una mujer única, sí creo que fue una gran persona, que la luchó toda la vida (con algunas victorias deliciosas) y es en mi cabeza  (y en la de muchos que la conocieron) una representante de las mujeres que con su lucha cotidiana, desde el anonimato, con su trabajo, su inteligencia y su amor, hacen de su entorno  un lugar en el que valga la pena vivir.
Como una Juana Azurduy sin fusil, luchando contra las injusticias y pensando en los demás, así, pasó Noemí Abella por esta vida. Podría estar al lado de la foto de Juana, representando a las mujeres que día a día luchan desde el anonimato por hacer de su entorno un lugar más justo, con más derechos y menos dolores.

Hoy hace exactamente cuatro años de la última vez que hablamos, luego, fueron cuatro días de monólogos míos. Me siento pequeño (y como todos los días la extraño) porque además de ser esta gran mujer que intenté contarles, fue una madre hermosísima, de largas conversaciones, de sonrisa dulce, de complicidad sana, de lecciones de vida.


Como dice La Catalina en el video que está arriba, sin dudas le pudo gritar a la muerte todas las cosas que le robó, para empeñarle la victoria. Pero el vacío es grande, y "para siempre es mucho tiempo" 

miércoles, 14 de septiembre de 2011

GATO PARA @ACANTILADOS


Claramente es muy feo, pero dijo @acantilados una vez, que dibujarlos podía calmar... Es verdad, la calma duró unos 5 minutos, no sé cómo recuperarla, pero acá está el gatito dibujado para @acantilados....

miércoles, 13 de julio de 2011

EL ASCO DE FITO Y LOS MACARRAS DE LA MORAL




Comenzar por el principio es siempre lo mejor.
La nota que escribió Fito Páez en Página/12 no me gustó. Por distintos motivos: comenzando porque no comparto las causas que cita Fito por los cuales la gente votó a Macri y porque no me da asco la gente que no votó a quien yo quería que ganara.
Además, si Fito puede descifrar el por qué del voto de 700.000 personas a los dos días de la elección, sería algo inmensamente superior a la belleza de escribir “La vida es una moneda”.
Por último, no me gustó la nota porque está definitivamente escrita con pretensiones de estilo y retórica que lejos de atraparme, me aburrieron (como quizás les pase a los que estén leyendo esto, en este preciso momento)
Hasta acá una cuestión de gustos. Ahora, también creo que la nota de Fito es de lo más contraproducente para el FPV, para la segunda vuelta y para enfrentar la (No) política que “propone” Macri, es más, se trata justamente de profundizar uno de los caballitos de batalla más asquerosamente naif utilizado por Durán Barba para la campaña amarilla: la crispación y la búsqueda de consensos como dos cosas fundamentales, enfrentadas y definitorias, tomando a la última como el fin único de la política.
De los cinco párrafos de la nota, el único que me gustó es el último y a medias, cuando define la idiosincrasia de la derecha capitalina, pero ya no a los votantes, sino a esa “derecha con paperas. Simplona, escondiéndose detrás de la máscara siniestra de las fuerzas ocultas inmanentes de la Argentina, que no van a entregar tan fácilmente lo que siempre tuvieron” (esta definición, con menos giros y más directa, me parece una muy buena para definir a Macri en particular y al Pro con sus aliados en general)
Hasta acá todo muy claro: No me gustó la nota de Fito, no la comparto casi en nada, creo que en lugar de sumar resta. Pero…de ahí a tener que soportar que se hable de fascismo, dictadura y antidemocracia en un país como el nuestro que tiene tantos muertos, desaparecidos y familias destrozadas por esos tres conceptos, me parece, como mínimo de una mala leche descomunal y una falta de respeto justamente a la lucha contra el fascismo y las dictaduras.
Que un tipo que asintió la llegada de Abel Posse como ministro diga que es fascismo que un músico asegure que le da asco la mitad de una ciudad por lo que votó, habla más del tipo del gabinete amarillo que del músico.
Que un tipo que aseguró que iban a lograr sus objetivos aún si tenían que tirar del tren a un opositor, hable de la violencia del texto de Fito, es por lo menos una imbecilidad.
Que Alejandro Rozitchner lo critique a Fito Páez por lo que escribió, cuando él el día anterior había escrito en La Nación (y luego hablado largamente por radio) que el domingo ganó la gente buena (para el que no lo note, es la misma actitud que Fito, pero por la positiva) y nosotros repetirlo, es de pelotudos.
Que el secretario General del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires trate de fascista al músico por escribir lo que piensa, nos muestra el conocimiento que tienen los integrantes del gabinete amarillo de lo que es el fascismo.
En Fin, la nota de Fito es mala por demás para mi forma de ver las cosas, de pensarlas y de disfrutarlas, pero lo más raro es que eso queda en segundo plano cuando los señores de la moral, aquellos que apoyaron a Pino cuando habló de la baja calidad de votos de los pobres, los que no tienen problemas en tener de compañeros de gabinete a tipos que explícitamente apoyan acciones fascistas (como la última dictadura) salen a rasgarse las vestiduras inyectados en sangre y con un tonito de Ghandi inventado.
Un párrafo aparte merecen periodistas (muchos de ellos comprobados mercenarios, es decir, hoy le dan al Pro, mañana le quitan y así con todos los partidos) hablando de que Fito escribió eso porque el Gobierno le pone plata.
Dos errores de macarras que son nomás, cometen estos muchachos: El primer error es que difícilmente alguien pague por algo que no lo beneficia, y el segundo, es pensar que todos tienen su precio, pero eso ya es más bien de mezquinos y corruptos que son ellos mismos.
En este tema, Osvaldo Bazán en la página de TN dio una gran explicación que muchos no sabían, sobre la actitud de Fito Páez cuando estaba en la cumbre de su carrera.
Los macarras de la moral se han olvidado súbitamente de su muletilla más gastada: “No coincido con lo que dices, pero daría la vida para que lo puedas decir”.
En fin, lo mejor de esto, es que ahora uno puede ponerle nombre y apellido a la gente que le da asco, sin caer en la boludez de que te dé asco un tipo que vota lo que a vos no te gusta.  

viernes, 24 de junio de 2011

GRACIAS DANI



Yo era bastante pendejo y cabrón (lo primero me lo quitaron los años y lo último no hay dios que lo pueda hacer), tenía la impresión de que me podía llevar el mundo por delante, y realmente le habíamos puesto muchas pilas a ese trabajo final.
Necesitaba un 8 para promocionar, tenía varios PCC (que no es el Partido Comunista Cubano, ni chino, sino, “Publicable Con Correcciones”) que me jugaban en contra y estaba confiado que el laburo valía la nota para promoción.
Sábado a la mañana para la facu, llegué y estaba el 8, alegría total, hasta que el petiso pelado con la cara roja no me nombró entre los que promocionaron, y ahí se fue todo al carajo.
Fueron no menos de 30 minutos de discusión, con palabras fuertes, al borde de la puteada todo el tiempo, yo me calentaba y el tipo parecía divertirse con toda la escena, y yo pensaba “a quién carajo le ganó este pelotudo” y en ese momento, me clavaba una ironía y yo retrocedía 4 casilleros porque me calentaba más y entendía tarde que era una ironía.
Él se reía y yo me calentaba. En un momento se cansó y tiró: “Nicolás, dejate de joder, vení el sábado que viene al final y seguimos hablando” y no me quedó otra, mis compañeros de grupo me agarraron y me fui.
El día del final era una furia descomunal, me sabía la historia de todos los diarios de la Argentina, podía escribir un diario completo en 2 horas, pero más que aprobarlo, quería la revancha con Tomate.
La perdí apenas empezó. Llegué y me abarajó: “¿Todavía estás enojado por lo del sábado pasado? Dejate de joder Nico, sentate así empezamos a hablar un rato”. Media hora, empecé como para demostrarle que se había equivocado mandándome a final, y terminé agradeciéndole esa media hora.
En ese final descubrí  varias cosas: No siempre tengo razón cuando creo que el otro es un pelotudo; descubrí a quién carajo le había ganado ese “pelotudo”, a varios; pude cerrar muy bien  una materia; y encontré a un tipo muy divertido para discutir, siempre que uno no se caliente…
Daniel “Tomate” Casal, era ese tipo que me mandó a final (cuando no lo merecía, eso quedó claro en todo momento, sólo que no era lo importante) y logró explicarme que no sólo no era una tragedia ir a final, sino que hasta podía servirme.
Un tipo muy buena gente, querido en todos lados, calentón y picante para la discusión, que entendía el juego, amaba la profesión y enseñarla.
Muchos años me acordaba siempre de la primera discusión, y no lo veía a Dani, hasta que hablamos por teléfono por laburo hace unos años y se cagaba de la risa, cuando nos acordábamos de ese final.
Hace un par de años que hablábamos seguido y nos veíamos dos veces (brindis de fin de año y del día del periodista) siempre con muy buena onda.
Hace 15 días nos vimos por última vez, fue otra media hora, como aquella en el final, pero mucho más divertida, comiendo y riéndonos, hablamos de periodismo, de política, de la facu, de medios, del laburo en los medios, volvimos a recordar esa pelea, y me subió la estima reconociendo mi laburo, como colegas.

Hoy me desperté con un mail que me contaba la putísima noticia de que Dani murió ayer a la noche, no lo podía creer, no lo puedo creer, como dijo una periodista amiga “son esos momentos donde se te estruja el pecho y no podés hacer nada”. Así realmente me siento, no puedo decir que se murió un amigo porque nunca tuvimos el tiempo para serlo, pero sí un muy buen tipo del que aprendí cosas de este hermoso oficio, muy buena gente que siempre tenía una palabra para desbaratar alguna bronca que uno pudiera tener o para generarla y reírnos un rato si quería.
Muchas gracias Dani 

martes, 7 de junio de 2011

PERIODISTAS




“Me declaro imperfecto pateando la sombrilla.
Prefiero ser abierto a pasearme anunciando
que soy la maravilla que soy la maravilla”
Silvio Rodríguez, Tocando Fondo


No se puede estar todo el tiempo enojado, pensando en lo que escriben los demás, aunque uno esté totalmente convencido de que lo que están escribiendo, no sólo no lo piensan realmente, sino que además, saben que es una colosal mentira.
“Ni opositor, ni oficialista. Periodista” es la frase que no puedo escuchar jamás de un periodista, decididamente saca lo peor de mí. Primero,  porque quien la dice, sabe a ciencia cierta que está diciendo una mentira, grande como una casa, para “jugarla de objetivo”.
Segundo, porque la frase en sí es una imbecilidad casi sin precedentes: Desde cuando la calidad de periodista es superior a la de persona, a la de persona que piensa, a la de persona atravesada por una ideología. Se utiliza “periodista” como garantía de una objetividad inexistente, de una anulación total del pensamiento (crítico o no crítico) en la persona que vomita la frase y luego mira con cara de “qué idea fenomenal se me acaba de ocurrir”.
No puedo creerle ni la hora al periodista que escupe esa barbaridad asquerosa para mentirle a quien lo lee o lo escucha sobre una ficticia (y sobrevalorada) neutralidad a la hora de abarcar los temas nacionales y políticos (y acá, se pueden agregar otros temas, pero se haría demasiado largo)
Siempre entendí (y por eso lo elegí) que el periodista tiene una sola responsabilidad de honestidad intelectual: decir desde dónde se para al hablar. Bajo esta premisa me encanta escuchar y leer a periodistas inteligentes que piensan completamente distinto a lo que pienso.
La única objetividad posible del periodista es con su propia subjetividad, que estando explicitada de antemano facilita muchísimo el contrato de lectura, lo hace real, sin ninguna necesidad de coincidir con el tipo que habla en la tele.
Es así que desde acá, vale un gran abrazo a los y las periodistas que aman su oficio, que lo llevan con gusto y dignidad y que, por sobre todas las cosas, no buscan confundir y engañar a los otros disfrazándose de imposibles, improbables y asquerosos

miércoles, 12 de enero de 2011

BLANCK Y LAS FUENTES DE LA CASA ROSADA




A todo el mundo le causa gracias cuando los periodistas citamos una fuente identificándola simplemente con ese sustantivo, sin mucho más detalle filiatorio (como mucho puede ir un adjetivo como alta, altísima, etc.)

Citar una fuente de esa manera no le da mucha credibilidad a la nota, pero se usa en distintas circunstancias: Cuando quien nos dio la información no puede ser identificado bajo ningún punto de vista; cuando en realidad no hay una fuente, sino que es un conjunto de rumores a los que el periodista le da forma pero de alguna manera hay que citarlo para que la gente crea que se lo dijo alguien; o simplemente, cuando es una idea del periodista y no tiene las bolas para hacer una nota de opinión y la vende como si fuese información.

Hasta ahí, algo que se sabe o quien no lo sabe lo intuye, por eso en la universidad se trabaja el tema de tratamiento de fuentes, primero para explicar un poco la cuestión ética (claro está que los casos dos y tres antes expuestos no son de lo más ético que hay en el mercado) y luego, para poder construir una noticia (sí señora, las noticias se construyen) creíble.

Hasta acá todo bárbaro, pero ayer Julio Blanck se pasó, cruzó esa raya de la vergüenza ajena y escribió una nota de una factura tan burda, tan evidente y tan ambigua, que nadie con un poco de buen gusto periodístico le puede llamar a eso, siquiera, una operación.

En la Casa Rosada hay tres fuentes (al menos que recuerde ahora): las  dos que están afuera y la del Patio de las Palmeras. Bueno, a Blanck le hablaron las tres, pero el problema es que no se pusieron de acuerdo.

En su nota titulada “Cristina apuraría otros cambios más profundos en el Gabinete” Blanck asegura que “fuentes del Gobierno” le dijeron que se venían unos cambios tremendos en el Gabinete Nacional y nombra a varios ministros. Al ser en plural y decirle tantas cosas, intuyo que fueron las dos fuentes de afuera las que le dieron esta data al periodista de Clarín.

El problema se nos viene encima cuando una “alta fuente” (intuyo que será la del Patio de las Palmeras, porque es más grande y tiene más historia) le dijo al mismo periodista que ¡¡¡ no iba a haber cambios en el Gabinete!!! Y el tipo va y lo pone, sin ninguna vergüenza, cagándose olímpicamente en su propia noticia.

En esta nota, el único que gana es Blanck (y Clarín) porque pase lo que pase ¡¡¡ Él ya lo adelantó!!! No hace falta que dé la cantidad de ejemplos que se pueden poner de este tipo de “no noticias”.

Lo más lindo pasó después, mire: Blanck dijo que las fuentes a favor del cambio le dijeron que se podía crear el Ministerio de Comunicación y que lo ocuparía Abal Medina. Bueno, cuando Aníbal Fernández dio la noticia de que Abal Medina sería el secretario de Medios ¿Cómo arrancó su nota Clarín? Sí, acertó: “Tal como adelantó Clarín”.

Después de dejarnos en claro que para Clarín lo mismo es un Ministerio que una Secretaría, las noticias no terminan ahí, porque en el impreso de hoy Wiñazki nos dice que “empiezan los cambios de Gabinete” y agrega sobre Abal Medina: “Su ascenso -era hasta ahora el vicejefe de Gabinete- fue anticipado por Clarín”.

Partiendo de la base que Clarín “anticipó” que Abal Medina iba a ser ministro y ahora será secretario, ya tenemos un problema, de los grandes, porque claramente, no sucedió lo que dijo el diario. El otro tema está dado en que el nuevo secretario de Medios no reemplazó a nadie, sino que ocupó un cargo vacante desde hace un año, y por último, habría que ver el temita del “ascenso”, porque  hasta donde da la lógica, un viceministro cobra más que un secretario, pero bueno, es todo lo mismo.