A todo el mundo le causa gracias cuando los periodistas citamos una fuente identificándola simplemente con ese sustantivo, sin mucho más detalle filiatorio (como mucho puede ir un adjetivo como alta, altísima, etc.)
Citar una fuente de esa manera no le da mucha credibilidad a la nota, pero se usa en distintas circunstancias: Cuando quien nos dio la información no puede ser identificado bajo ningún punto de vista; cuando en realidad no hay una fuente, sino que es un conjunto de rumores a los que el periodista le da forma pero de alguna manera hay que citarlo para que la gente crea que se lo dijo alguien; o simplemente, cuando es una idea del periodista y no tiene las bolas para hacer una nota de opinión y la vende como si fuese información.
Hasta ahí, algo que se sabe o quien no lo sabe lo intuye, por eso en la universidad se trabaja el tema de tratamiento de fuentes, primero para explicar un poco la cuestión ética (claro está que los casos dos y tres antes expuestos no son de lo más ético que hay en el mercado) y luego, para poder construir una noticia (sí señora, las noticias se construyen) creíble.
Hasta acá todo bárbaro, pero ayer Julio Blanck se pasó, cruzó esa raya de la vergüenza ajena y escribió una nota de una factura tan burda, tan evidente y tan ambigua, que nadie con un poco de buen gusto periodístico le puede llamar a eso, siquiera, una operación.
En la Casa Rosada hay tres fuentes (al menos que recuerde ahora): las dos que están afuera y la del Patio de las Palmeras. Bueno, a Blanck le hablaron las tres, pero el problema es que no se pusieron de acuerdo.
En su nota titulada “Cristina apuraría otros cambios más profundos en el Gabinete” Blanck asegura que “fuentes del Gobierno” le dijeron que se venían unos cambios tremendos en el Gabinete Nacional y nombra a varios ministros. Al ser en plural y decirle tantas cosas, intuyo que fueron las dos fuentes de afuera las que le dieron esta data al periodista de Clarín.
El problema se nos viene encima cuando una “alta fuente” (intuyo que será la del Patio de las Palmeras, porque es más grande y tiene más historia) le dijo al mismo periodista que ¡¡¡ no iba a haber cambios en el Gabinete!!! Y el tipo va y lo pone, sin ninguna vergüenza, cagándose olímpicamente en su propia noticia.
En esta nota, el único que gana es Blanck (y Clarín) porque pase lo que pase ¡¡¡ Él ya lo adelantó!!! No hace falta que dé la cantidad de ejemplos que se pueden poner de este tipo de “no noticias”.
Lo más lindo pasó después, mire: Blanck dijo que las fuentes a favor del cambio le dijeron que se podía crear el Ministerio de Comunicación y que lo ocuparía Abal Medina. Bueno, cuando Aníbal Fernández dio la noticia de que Abal Medina sería el secretario de Medios ¿Cómo arrancó su nota Clarín? Sí, acertó: “Tal como adelantó Clarín”.
Después de dejarnos en claro que para Clarín lo mismo es un Ministerio que una Secretaría, las noticias no terminan ahí, porque en el impreso de hoy Wiñazki nos dice que “empiezan los cambios de Gabinete” y agrega sobre Abal Medina: “Su ascenso -era hasta ahora el vicejefe de Gabinete- fue anticipado por Clarín”.
Partiendo de la base que Clarín “anticipó” que Abal Medina iba a ser ministro y ahora será secretario, ya tenemos un problema, de los grandes, porque claramente, no sucedió lo que dijo el diario. El otro tema está dado en que el nuevo secretario de Medios no reemplazó a nadie, sino que ocupó un cargo vacante desde hace un año, y por último, habría que ver el temita del “ascenso”, porque hasta donde da la lógica, un viceministro cobra más que un secretario, pero bueno, es todo lo mismo.

Muy buen análisis. Igual, te faltó mencionar a Nélson Castro que es quizás el mayoe exponente del periodismo basura que "inventa fuentes" por todos lados.
ResponderEliminarFifo de Capilla