Miro las fotos de la Plaza , me detengo en la que más me gusta, la sacó una amiga. En esa foto se ve la Plaza desde lejos, y eso transforma la mirada.
Mientras ella sacaba la foto, yo estaba en la Plaza , era una de las tantas cabezas que se ven a lo lejos, era parte de ese triste silencio que por momentos se despertaba y cantaba contras los traidores; se volvía a dormir y reaccionaba dando gracias y fuerzas; y volvía a ser silencio, triste y reparador.
En la Plaza sentía que ante cada mirada las lágrimas me iban a ganar, el nudo en la garganta, el suspiro, el ardor en los ojos y la intranquilidad en el pecho se apoderaban de todo y duraban, justamente, hasta la próxima mirada.
Entre la gente, no se sentía una identidad, ni propia, ni colectiva, sino una identificación con el agradecimiento, con el dolor, con la incredulidad y con la esperanza intacta de que es imposible perder la dignidad ganada por todos y cada uno de los que estábamos allí.
Desde la foto, la cosa se ve distinta, pero parecida. No se lee puede leer el dolor, se ve a un Pueblo con sus banderas tomando la Plaza de todos los argentinos.
En la foto, no se puede oír el silencio, porque la imagen se nos hace como bulliciosa, quizás hasta alegre, porque como decía Jauretche “nada grande se puede hacer con tristeza”.
Desde la altura, como no se puede ni ver la tristeza, ni oír el silencio (aún haciendo un esfuerzo grande por escucharlo) sólo queda lugar a la esperanza, a la de todos los que estuvimos ahí, a la de todos los que estando lejos también estaban ahí, y a la esperanza personal de que toda la fuerza de ese país reunido en la Plaza , tome el mejor de los caminos y se convierta en un futuro.
En un futuro como el que Benedetti le deseaba a Nicaragua: “después vino el futuro y vendrán otros / pero no volverá el pasado inmundo / nicaragua ha sido esta vez invadida / por su rotunda gana de ser pueblo”.
Creo o necesito creer que si logramos ser más fuertes que nuestras individualidades podemos cambiar Argentina por Nicaragua en la poesía de Benedetti y modificar la Historia , porque de lo que no tengo dudas, es que demostramos, nuestra “rotunda gana de ser pueblo”.
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